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domingo, 18 de octubre de 2015

Ciclos moribundos

   Había pasado por lo mismo en tantas ocasiones que ya todo le daba un poco lo mismo. Eso de que fuese el primer día, de sentirse como el nuevo, de tener que congeniar y formar lazos emocionales que solo tendrían una duración bastante corta, todo eso ya lo había mandado a recoger en su mente pero hasta ahora se daba cuenta de ello. Era uno de esos mensajes que le llega tarde al cerebro porque parecen haber sido hechos sin importancia, pero esto sí que era importante. Al fin y al cabo, se trataba de él dándose cuenta de lo harto que estaba de pasar por lo mismo tantas veces a través de su vida, de estar siempre movilizándose como si fuera un soldado en batalla, algo que a la larga no difería mucho de su posición actual, a excepción que esta vez la batalla era interna.

 Eso de vivir lo mismo tantas veces parecía sacado de una tonta película de ciencia ficción, pero era la verdad. Aunque es cierto que las amistades son importantes en la vida de un ser humano, él sentía que ya tenía las amistades que quería y necesitaba. Ese cuento de estar haciendo amigos por todas partes como si todavía estuviera en la arenera de cuando era niño, simplemente no le llamaba la atención en lo más mínimo. Además, nunca le había sido muy fácil conocer gente a menos que tomara uno en cuenta esos adorables años de juventud en los que todo el mundo se relaciona con tanta facilidad y desprendimiento. La gente normal saca de ahí sus mejores amistades pero no él. Ese pedazo de su vida lo vivió en movimiento así que no sirvió de nada.

 Ahora de grande, de adulto, conocía mejor a la gente y sabía como la mayoría pensaba, como maquinaban antes de conocer gente y lo predispuestos que estaban a todo. Al fin y al cabo, los adultos están mucho más contaminados de todo en el mundo que los niños, así que no existe una amistad adulta en potencia que no esté contaminada de pretensiones y estereotipos, de suposiciones que la mente va a haciendo a partir de lo que a la imaginación le da por inventar. Todo eso no es fácil de superar y mucha gente lo logra pero él nunca lo hizo. Hacer amigos reales a esas alturas de su vida le sonaba ridículo por muchas más razones de las debidas.

 Una de las más importantes era que, por alguna razón, nunca le había caído bien a la gente. Bueno, al menos no de entrada. Entendía que era porque era algo hosco y aprehensivo, por lo mismo de saber que la gente lo era con él. Debía ser entonces que las personas veían entonces eso en su rostro o algo por el estilo porque muy poca gente hablaba con él espontáneamente. Es obvio que a la gente siempre le guste hablar con gente que es como aspiran a ser. Por eso la gente más “popular” es siempre extrovertida, divertida y con más energía de la que pueden gastar. Él estaba al otro lado de ese espectro y al parecer lo tenía escrito por toda la cara porque era un problema para que la gente soltara algo.

 Ya después venían los problemas regionales, es decir las tontas características de las personas según su lugar de procedencia. Alguna gente es más abierta, otra más cerrada y así. Son bobadas o al menos así lo veía él, pues creía que la gente fácilmente podía superar semejantes clichés en los que estaban encerrados. Pero, la verdad es, que a la gente le encanta ser un estereotipo ambulante. Al parecer es más fácil definirse así porque es más claro. Por eso mismo la mayoría de personas no gustan nada de aquellos que son más difíciles de explicar y de entender. Con esto, él no quería pretender ser un ser misterioso, envuelto en las sombras. Pero ciertamente no era ese desgastado ser lleno de vida que la gente aspiraba a ser, por razones desconocidas.

 Todos estos problemas para conectar con la gente habían migrado también a su vida personal. O bueno, no era tanto una migración pues todo venía a ser lo mismo que era conectar con gente que no conocía, aunque hay que decir que en el amor y todo lo relacionado con ello, nunca había sido una persona muy exitosa que digamos. Fue rápidamente que se dio cuenta que no era de aquellas personas a las que la gente se le queda mirando a menos que sea por las razones que nadie quiere que lo miren. No era uno de esos tipos con un rostro inmaculado, que parece salido de la revista de moda más ridícula del mundo. No, ese no era él pero ni por las curvas.

 Era bajito y simple, siempre en el medio de todo pero nunca nada por completo. De pronto era eso lo que la gente obviaba pues, como decíamos antes, las personas prefieren lo que está definido y claro como el agua. Eso de que la Humanidad está fascinada con los misterios de la vida, es solo un mito de auto complacencia para hacernos pensar que todos somos brillantes y que además somos la mata de la cultura. Sabemos que eso no es así porque la mayoría de la Humanidad es tonta como ella sola, solo que a cada rato salen personajes que la salvan de si misma. Eso sí, no nos referimos a él que es otro tipo simplón y ciertamente él no se considera el pináculo de lo que es ser un ser humano.

 El caso, para ponerlo en palabras simples, es que nunca había atraído una mirada y, si lo hacía, era de lujuria o de confusión. Provocar cualquiera, al menos en su concepto, era desagradable. La primera porque simplemente no era halagadora y pasaba a ser lasciva y casi invasoramente física con facilidad. Y la segunda porque cuando la recibía su autoestima, un ser débil ya de tantas batallas, daba un salto hacia atrás y se encogía hasta quedar del tamaño de una uva. Las miradas para él decían todo de las personas y por eso había decidido ya no esforzarse más y dejar que cada persona opinase lo que quisiera y como quisiera. Sentía que después de tanto tiempo, la vida le debía algo.

 Sí, ya lo sabemos. Es bastante pretencioso decir que la vida le debe algo a uno pero a veces ciertamente se siente así. Hay gente que es premiada con demasiado en la vida y lo que pasa entonces es que se aburren con facilidad o se creen el centro del universo, dos situaciones bastante molestas para cualquiera que esté cerca. La gente a la que todo le sale bien, con la que todo es perfecto, ideal y justo, normalmente tienen el descaro de pedir más cuando ni se lo han ganado ni deberían poder tener más. Sin embargo, reciben belleza, amor, inteligencia y otro sin fin de premios. Y para el resto que queda? No mucho, lo que sobra que es poco y no vale tanto la pena pero está ahí para que el que quiera tomarlo lo haga. Y no, a él no le gustan las sobras de otros.

 Le debiera algo la vida o no, igual no estaba cerrado a que las cosas pasaran como pasaran. Es decir que no iba a buscar activamente el amor o amistades o nada de nada pero sí iba a estar abierto a que cualquiera de esas cosas llegara a su vida. Es decir que no iba a creer una barrera ni nada por el estilo, iba a dejar que quién quisiera conocerlo lo hiciera pero eso ya dependería del interés de la gente y, la verdad, él no creía que fuese a suceder nada con ello. La gente no iba a descubrir de la nada que él estaba ahí parado todos los días. Por algo cuando caminaba por la calle, sentía que nadie lo veía y que podía pasar desapercibido en cualquier lugar del mundo.

 De hecho había intentado hacer eso mismo en muchos lugares y lo había logrado con éxito. Simplemente resultaba invisible para muchos y la verdad que era algo agradable en ocasiones, aunque la mayoría se sentía muy solo. En esos momentos recordaba a su familia y a sus verdaderas amistades porque los tenía lejos y entonces sentía en el corazón lo difícil que es separarse de lo que uno necesita para hacer lo que se debe hacer o al menos lo que uno cree que debe hacer. Fuese como fuere, a veces lloraba en silencio un rato y después se le pasaba todo, como si tuviese que colapsar por momento para volver a construirse, ojalá más fuerte que antes y con mucha más fuerza y resistencia.

 No era de sorprenderse que estuviese aburrido con retomar el eterno ciclo de conocer gente y tener que unirse en grupos. Lo hacía pero no más que eso. A la gente no le interesaba él y él había perdido interés en la gente a menos que fuese para usarlo como piezas de su inventiva. Su autoestima ya había recibido demasiados golpes como para seguir arrastrándola por la calle una y otra vez como si fuera algo divertido. Ya no, estaba cansado de ponerse él en el medio de todo para que lo vieran por una vez. Ahora demandaba que los otros, que el resto de personas hicieran lo que él había hecho tantas veces. Quería verlos allí, indefensos como él.


 No estaba dispuesto a hacer más cosas que no iban con él, a fingir ser otra persona que era muy distinta y tampoco le gusta el juego de la hipocresía, que de hecho sabía jugar muy bien. No quería más máscaras y juegos tontos. Solo quería ser él, así eso no fuese suficiente.

lunes, 16 de marzo de 2015

Una y otra vez

   Por alguna razón, era como si la imaginación se hubiera acabado. Siempre los mismos sueños, casi siempre en el mismo orden y sin ningún cambio significativo. Era como si mi cerebro quisiera que aprendiese algo con esas imágenes pero la verdad es que no se parecían a nada que hubiera vivido. Tal vez a cosas que sentí alguna vez pero como recordar todo lo que se siente, a menos que deje marca de una u otra manera. No recordaba de donde podían venir tantas escaleras y filas y sillas y gente. Porque todos tenían rostros, borrosos o no.

 Y con los que interactuaba más, los conocía. Estoy seguro de que existen en realidad y de que los he, al menos, saludado en la calle. Pero no, son más que eso. Así los besara o me persiguieran, así fuese el centro de atención o solo uno más, los conocía y por alguna razón seguían detrás de mí incluso después de terminado el sueño.

 Lo peor era el dolor de espalda y de hombro, como si hubiera peleado toda la noche. Es así que un ose da cuenta que dormir no tiene nada que ver con descansar. Porque descansado no he estado por un buen tiempo. Solo caigo por el poder que pesa encima mío y después me despierto porque es lo que tengo que hacer. Y siempre que lo hago trato de recordar los más mínimos detalles del sueño que acabo de tener. Normalmente, es una tarea inútil, que no acaba en nada que sirva.

 Es interesante como algo que no existe, que simplemente no tiene forma física, tenga el poder de ejercer presión y de causar reacciones físicas en nosotros, como si de verdad estuviese peleando con alguien o quien sabe que más. Este dolor que no se quita, este peso horrible que siento, es uno de eso que pensé que ya nunca volverían. Y lo sé porque este me preocupa y cuando algo lo hace es que es grave o importante. Eso pesos en el pecho o sentimientos de presión en el corazón son lo peor.

 Y existen y eso es aún más atemorizante. Y que tal que el sueño sea algo así como una premonición? Una alerta para estar al tanto de cosas por venir, tal vez no todas buenas o tal vez no todas fáciles. Porque si hay algo que yo deteste más que nada son las cosas innecesariamente difíciles. Muchos dicen que el camino difícil es el del valiente pero para mí es el del masoquista y el del mártir. Yo no soy ninguna de esas dos cosas. Ni lo seré nunca porque no lo deseo.

  En fin, esos son mis sueños, mundos inexplicables que se repiten y se repiten. Y no es que sueñe todas las noches ni nada por el estilo sino que, incluso después de meses sin recordar nada de mis sueños, de pronto aparecen estos de nuevo: las mismas estructuras sin sentido, la misma gente con los mismos diálogos y el mismo desarrollo del sueño. Es como ver una película favorita, una y otra vez. Solo que yo jamás elegí ver esta película, solo soy el proyecto que se usa para que el filme corbe vida y sea lo que tiene que ser.

 Algo curioso es que mi respuesta a lo que ocurre ha cambiado con el tiempo. Al comienzo era confuso y era más precavido en el sueño, todo iba más despacio. Eran sueños que se desarrollaban en la noche durante seis o más horas de sueño. Pero ahora pueden aparecer mientras duerme apenas una hora o poco más. Y ya no soy el mismo de antes si no alguien que recibe todo de buena gana. Incluso parezco actuar en ciertas escenas, disfrutando mi papel sin tapujos.

 Y lo digo así porque a veces siento que me veo hacer cosas pero no soy yo el que las hace. Y cuando soy yo, se siente como si cuerpo estuviera en algún tipo de piloto automático que sabe que hacer así mi conciencia real no tenga ni idea de todo lo que sucede. Es casi mágico salvo que no lo es ya que todo depende mi cerebro, de todo lo que allí reside, tanto en la luz como en la oscuridad. Como me gustaría aprender más de mi! Sé que hay mucho más de lo que sé dentro de mi cerebro pero es como si yo mismo no tuviera la contraseña para mi propia caja de seguridad.

 Cuando despierto, es frustrante. No solo porque parezco no avanzar en el sueño, sino por el dolor y el saber que probablemente volverá a pasar lo mismo en días y semanas. Y es tremendamente frustrante. Estar tan cerca y nunca llegar. Aunque quien dice que los sueños tienen de hecho un final? Tal vez simplemente sigan y sigan hasta que el cerebro se cansé y decida despertar al cuerpo. Pero entonces entre más tiempo dure el sueño, más del filme se podría ver. Y eso es lo que quiero.

 A más de una persona le parecerá extraña mi obsesión con saber más de mi mismo. Dirán que para eso no hace falta soñar sino ser sincero con uno mismo. Y tal vez tengan razón. Pero siempre es útil un pequeño empujón, algo que nos haga caer en cuenta de las cosas. A veces es un alguien el que hace eso pero tendría que ser alguien que nos conoce a la perfección y en mi caso no hay nadie así. Ni mi familia sabría más de mi que yo mismo, tal vez porque he ocultado tanto conscientemente. Por eso no sé si lo que me quiere decir mi cerebro es algo sincero o no.

No sé y a veces prefiero no pensar tanto en el asunto. Porque a la larga de que sirve que todo parezca un gran misterio que solo tu puedes resolver pero que en verdad resulta que no es más que un laberinto oculto en una red espesa de mentiras y verdades que ya no eres capaz de separar porque ambas cosas forman parte de lo que eres, de lo que soy en este caso. Porque si somos sinceros, todos los seres del mundo que valen la pena tienen esos dos lados: el claro con las verdades y el oscuro con las mentiras. O incluso al revés si se cree que también la luz puede cegar y la oscuridad puede ser fuente de vida.

 Que si me da miedo saber ma miedo de la realdiad, de lo que es sin nuestra influencia consciente.ncluso al reveres del mundo que valen la pena tienen esosás de mi mismo? Por supuesto que sí. Solo un tonto creería saber todo de si mismo y solo un idiota no tendría miedo de la realidad, de lo que es sin nuestra influencia consciente. El miedo en este, y en todos los caso, es increíblemente útil. Y no es que adore mi miedo ni nada por el estilo pero le tengo respeto y creo que eso es algo necesario para saber manejar sentimientos tan volátiles como ese. De pronto estando consciente de mi miedo, puedo entrar más fácil en contacto con lo que hay detrás de los sueños.

 Porque estoy seguro que hay algo detrás. Si pudiese alguien ayudarme sería lo mejor del mundo porque me quitaría un peso de encima. Y sé quien podría ser esa persona pero, lo peor del caso, es que sé que esa persona no existe ya que es esa media naranja de la que tanto habla la gente. Es ese otro ser que me complementa en todos los aspectos y que sabe cada cosa de mi y yo de él. Sé que es la única persona que me puede ayudar pero, como dije, no existe. Porque si existiese ya lo conocería porque como más sabría más de mi que yo mismo?

 Es un camino muerto y es inservible recorrerlo porque no tiene ningún sentido. Está claro que esto es entonces que tengo que hacer yo solo. Lo único es que tendré que estar listo para la próxima vez que los sueños, las imágenes y los sentimientos lleguen. Y no es fácil estar listo para algo así porque te toma desprevenido, te da mil vueltas en un mismo sitio y no te de deja en paz. Es por eso que no puedes ni pensar ni mucho menos decidir que hacer coherentemente.

 Supongo que en ese momento entra el miedo porque no sabes si actuar de manera desmedida sea lo mejor. Que pasa entonces si tus acciones cambian el curso del sueño de tal manera que en verdad nunca descubras nada sino más bien al contrario? Que las acciones lo que hagan sea arrojar piedras sobre lo que quieres saber y lo oculten incluso más de lo que ya está? Es un riesgo, después de todo. Y creo que estoy dispuesto a arriesgarlo todo ya que no perdería nada en todo caso.

 Y que sin esas verdades quedan enterradas para siempre? No sería yo el primer ser humano es fracasar al querer conocerse íntimamente. De hecho, la mayoría de personas en este mundo creen que conocen cada pequeño trazo de su personalidad, de su ser interno y externo y eso simplemente es imposible. Con la porción tan pequeña que usamos del cerebro, es imposible que no existan secretos más allá de nuestro entendimiento, incluso si esos secretos están guardados con recelo dentro de nuestros propios cerebros. Que tal si esa es la última fortaleza que debamos enfrentar? Que tal si es allí donde están las respuestas a las preguntas que nos hacemos como especie, como seres humanos?

 Hemos creído toda la vida, toda nuestra existencia, que la verdad está más allá, lejos, oculta tras las nueves o la neblina pero que tal si es al revés? Si en verdad todo lo que necesitamos saber está aquí mismo, dentro de nuestros propios cuerpos, oculto en esa parte que nunca usamos porque no sabemos como? De pronto es todo lo que necesitamos para ser verdaderamente felices o para vivir realmente en paz.

 Tengo que creer que así es. Y por eso no descansaré hasta penetrar la realidad de mis sueños, así eso implique crear muros para derrumbar otros. Y así será. No importa el dolor solo el saber.