miércoles, 15 de abril de 2015

Esta puta mierda

   Desperté y me quedé ahí, tumbado. Solo respiraba lentamente y movía os ojos de un lado a otro pero sin mover mi cuerpo. La verdad era que no quería salir de allí, no quería hacer nada, nunca. No quería salir de allí porque al menso allí estaba haciendo algo útil que era descansar. De que? Eso no lo sé pero a veces el cuerpo se cansa solo de existir. Supongo que de eso es lo que más me canso porque no hay otra razón. Cuando no hay más remedio, me volteo para mirar el techo y entonces paso una mano por mi cuerpo, como verificando que todo siga igual. Esa misma mano pasa por mi cara, tratando de quitarme la pereza.

 Cuando me siento en la cama, todo cambia. De repente todo se vuelve real, como si mientras estuviese acostado las cosas se hubiesen pausado o simplemente no importaran. Obviamente eso no es así pero es como se siente. Siento entonces mis pies, mis manos y entonces me pongo de pie. Siempre creo que me voy a tambalear, cayendo de vuelta sobre la cama pero eso nunca pasa. Tomo mis cosas, el portátil y el celular, y me dirijo a la sala con ellos. Los dejo allí y luego me dirijo a la cocina. Me sirvo algo de jugo de naranja y los siguientes segundos los paso pensando en que voy a comer. Detesto el desayuno. No me interesa si es la comida más importante del día. Me aburre.

 Cojo algún producto hecho de harina, una pan o pastelito o algo por el estilo y regreso a la sala con mi jugo y mi pastel para prender el portátil. Cuando por fin prende, reviso lo de siempre, mientras voy comiendo y tomando. Esas son básicamente mis mañanas. Siempre entre las nueve y media y las once. Jamás antes. Me parece un atropello contra la gente hacerlos despertar temprano, casi al mismo tiempo que el sol. Debería haber una ley contra eso…

 Los veo a veces mientras desayuno, por la ventana. Van y vienen desde quien sabe que horas del día. Para ser honesto, hay algunos que no parecen estar haciendo nada muy importante. Se me hace extraño que desde temprano tengan que salir a conversar con otras personas y parezcan estar tan despreocupados. Pero nunca falla que alguien se queja del trabajo por lo pesado que es. Al final, cual es la verdad? No sé si me importa la respuesta, la verdad. La gente siempre dice mentiras para ponerse de mártir y lo del trabajo puede ser otra de esas ocasiones. En general, uno tiende a exagerar todo lo que pasa para que parezca que la vida es muy difícil.

 Y que tal si no es así? Que tal si la vida en verdad es muy fácil pero somos tan idiotas que sabemos como ir por ella? No me sorprendería si fuese así. Al fin y al cabo sí somos una especie incompetente. La gente se escuda en quienes inventaron cosas y  descubrieron otras pero eso lo ha hecho solo un pequeño grupo en la historia de la humanidad. La mayoría de gente es incompetente, simple y aburrida. Y sí, yo soy parte de ese segundo grupo. Para que inventar nada o descubrir cosas nuevas? Nada más mirar lo que pasa en el mundo hace pensar que tanto conocimiento simplemente no sirve de nada. La gente igual se muere de hambre o se mata por idioteces que ni siquiera existen. La gente prefiere matar que pensar y eso dice mucho de quienes somos en verdad.

 Quien soy yo para decir todo esto? Nadie. Eso me da a derecho a decir lo que se me la gana. Porque nadie pierde ni gana nada si yo lo digo. Las cosas no cambian porque yo diga que algo es bueno o malo. A nadie le importa, en realidad, la opinión de los demás. Todo lo que importa es como se ven las cosas, si uno queda mal parado o si todo el mundo cree que uno es lo máximo. Eso es lo que de verdad mueve al mundo: el ego. Por eso mismo mentimos y exageramos, porque queremos darnos una importancia que sabemos que no tendríamos de no decir tanta basura. Somos unos pequeños seres desesperados, refugiándonos en los logros de otros para justificar nuestra inmensa estupidez.

 Yo prefiero decir y ya. No he hecho nada con mi vida y así va a ser. A veces no creo que valga la pena vivir pero ese soy yo. Para que vivir si todo lo que va a pasar va a ser una mierda, cubierta con algunos momentos agradables? No tiene sentido. Tal vez vivir sí sea difícil  incluso masoquista. De pronto aquellos a los que les pasa de todo son personas que les gusta sentirse mal, sentirse como un pedazo de mierda en el desagradable parque pelado que es la vida.

 Hoy en día lo que te hace mejor es tener un puto trabajo. Yo no tengo nada de eso, no tengo dinero, no tengo el mítico e imaginario amor. A mi que carajos me importa? Solo a mi me ayudaría tener un trabajo y un par de personas más que ganarían cobrándome impuestos. Pero a nadie más. Si dejo de existir a nadie le va importar en verdad. Bueno, a mi familia tal vez pero lo superarían porque saben que la muerte es lo único que es definitivo. Es tajante y real y hace que la gente, al menos por algunos minutos, se de cuenta de la vida que en realidad están viviendo. Después, regresan a pensar las mismas estupideces de siempre.

 Soy un cobarde, un flojo, inútil. Lo sé. Es gracioso, eso sí, cuando alguien lo dice y cree que está revelando una realidad oculta de la que no tenías ni idea. Pero yo la tengo muy presente. Sé que soy todo eso y mucho más. No soy una persona buena y odiaría que en mi funeral alguien dijera algo demasiado bueno sobre mi. Lo odiaría porque sería una mentira. A mi familia de pronto se lo perdonaría, pero a los demás no. Sé que no hay muerto mal en ningún lugar del mundo pero yo quiero ser el primero que no sea ni malo ni bueno ni nada. Quiero que quemen mi cuerpo y se den cuenta que yo, igual que ellos, no soy nada en este línea de tiempo eterno.

 Mi ánimo normalmente mejora después de comer. Muchos dicen que la comida es vida y es verdad. De hecho, literalmente, es verdad. Pero de muchas maneras más. Cuando como me siento feliz, me siento complacido e incluso especial. Así sean mentiras, las creo en el momento y ese surgir de felicidad se queda conmigo por mucho rato después de comer y es agradable. Por eso, seguido, después de comer, elijo salir a caminar. Me distensiona, relaja los músculos que todavía están engarrotados por la rabia de las mañanas.

 Eso sí, salir a la calle tiene sus riesgos. No, no hablo de los robos o los accidentes aunque hablo de la base de esas acciones. De los idiotas que caminan por el mundo. Salir a la calle es salir a verlos en su estado natural y muchas veces pueden elevar el espíritu pero casi siempre es un encuentro con toda la sarta de idioteces que manejan: miradas lascivas de hombres que hasta un perro tendría vergüenza de notar, la falsa inocencia de las mujeres, la prepotencia de quienes tienen dinero y el síndrome de inferioridad de los pobres, entre otras muchas joyas. Como decía alguien hace mucho, es un mundo enfermo y triste.

 Que si me creo mejor? Sí, pero no mucho mejor. Solo ligeramente. Sigo siendo igual de idiota que el resto y sigo estando limitado por mi entorno. Pero al menos me doy cuenta de lo que soy. La prueba de que sigo siendo un idiota es que no me avergüenzo de ello. De hecho, muchas veces lo muestro con orgullo. Y porque no? Porque seguir las mentiras de los demás. Porque fingir, como muchos otros, lo que no soy? Eso no tiene sentido, sobre todo si se considera que solo hay una vida para vivir y que mejor que vivirla restregándole la realidad a otros en la cara.

 No es eso triste? Pensar en que la mayoría de las personas viven sus vidas mintiendo e imaginando cosas que simplemente no van a pasar? Normalmente la imaginación es un buen rasgo pero solo si es equilibrado, si hay una dosis de realidad metida en algún lado. Pero ese no es el caso con nuestros amados homo sapiens. Somos seres obsesionados con lo que jamás será: ese trabajo que paga bien, esa pareja ideal, esa casa con todo, esa familia perfecta, ese sexo delicioso, ese cuerpo modelo,… Queremos y pedimos e incluso exigimos pero lo que hacemos para lograr las cosas es ínfimo y risible. Solo aquel grupito del que hablamos antes hace algo por los demás. De pronto ellos seamos los más estúpidos después de todo porque son tan idiotas que quieren beneficiar a una masa lerda y sin valor alguno. Pero, cada uno pierde su tiempo como mejor le parece.

 La mañana ya casi termina y quisiera dejar en claro que todo lo que digo es lo que siento yo, es mi opinión personal y nada más. No le pido a nadie que la entienda ni que la acepte. De hecho, solo quiero que la sepan, más allá de eso es su problema y no mío. Quería que supieran lo que opino de la vida, de la gente y de algunas otras cosas. No soy un desempleado porque nunca he trabajado en mi vida. Soy dependiente, no tengo un peso, soy malo en el sexo, y solo tengo una manera de expresarme así que traten de entender. Al fin y al cabo la vida es solo esta puta mierda.

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